Para pamplonicas noveles

sábado, 13 de octubre de 2007

HISTORIA DE PAMPLONA


La historia de Pamplona se remonta al primer milenio a.C. Se trataba de un núcleo de población habitado por los vascones cuyo nombre era Uruna o Iruna. Se situaba en la parte más alta cerca del río Arga, por su localización estratégica.


Durante la romanización, siglo I a. C., los romanos conquistan esta población con gran dificultad.


A esta época se remonta el nombre actual de esta ciudad: Pamplona. Este nombre deriva del general Cnea Pompeyo, que estableció su campamento en este lugar durante los años 75 y 74 a.C.


Así, durante esta época, la presencia cultural, política y religiosa hizo de Pamplona una capital y su crecimiento hace que se convierta en un verdadero municipio romano con foro y termas. Alcanza su esplendor en el siglo II.


La ciudad fue tomada en el año 472 por los visigodos y durante los siglos VI y VII, fue constante objetivo de la monarquía visigoda.


Las tropas musulmanas llegaron a Pamplona en el año 714, pero su visita fue breve ya que prefirieron instalarse en la zona de la Ribera, donde permanecieron 400 años más.


Durante la segunda mitad del siglo IX la ciudad se convierte en un núcleo cristiano de oposición al Islam con Iñigo Arista al frente. Así en el siglo X recibe el nombre de Reino de Pamplona hasta 1164, que se convertirá en Reino de Navarra.



La Pamplona medieval, está dividida en tres burgos diferenciados jurídica y socialmente. Estaban divididos por murallas y tenían sus propias autoridades.


De esta forma, el primitivo poblado vascón llamado Iruña, con los pobladores autóctonos es el burgo de la Navarrería.

Entre los años 1090 y 1100 se crea el burgo de San Cernin o San Satrunino constituido por un grupo de burgueses y comerciantes, principalmente procedentes de Francia.
El tercer núcleo es el de San Nicolás con una sociedad más heterogenea en procedencia y nivel social.

La división en barrios o burgos se mantendrá a lo largo de los siglos XIII y XIV, con su secuela de conflictos y violencia que frena el desarrollo de la ciudad, hasta que el 8 de septiembre de 1423 Carlos III, EL NOBLE, rey de Navarra, promulga el Privilegio de la Unión, que une la ciudad en una sola población bajo una sola autoridad y escudo.


En 1512, Navarra se incorpora a la corona de Castilla pero con independencia económica, judicial y de gobierno.


Hasta el reinado de Isabel II, Navarra era un reino dentro de la monarquía española. Se convertirá así en una provincia con determinadas características con ciertos privilegios, todos ellos recogidos en la ley paccionada de 1841.



A lo largo de la historia, Navarra a conservado sus fueros por distintos motivos y en la actualidad también se conservan con los diferentes cambios. Los últimos se realizaron hace 25 años y se recogen en el Amejoramiento del Fuero.








Silvia Arana Iragui

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